ESTA SECCIÓN está inspirada en casos extraídos de los medios de comunicación, evitando dar datos que hagan referencia a la identidad de l@s sujet@s o al lugar concreto donde se han desenvuelto los hechos.
León, algún día do ano 2009
El muro de la venganza
Luis se levantó de la siesta sin haber superado todavía el resacón de la madrugada anterior. A las ocho de la tarde vendría Paco a buscarlo para calzarse unas birras.
No podía arrancarse de la mente la cara luminosa de su ex, en aquella cafetería donde quedaban ellos dos, desde adolescentes, entregada a la caricia de aquel individuo desconocido mientras le colocaba al cuello un medallón de rubí (Luis no recordaba la última vez que a él lo había mirado así).
Es mejor olvidar a la chorba y partir de cero, tío, le decía Paco; pero la ira, qué hacer con la rabia que le dio aquella imagen resplandeciente de su ex mujer.
Bah, a la mierda todo.

-Ha llegado tu hora, Luis -le dice el Paco- demuestra lo que tienes entre las piernas; yo te espero a la vuelta de la esquina.
La calle silenciosa se estremece a su paso. Se agazapa bajo su capucha gris mascullando: ¡Te vas a enterar, zorra, puta!, ¿quién te crees que eres?, ¡te vas a enterar!, y empuña ceñudo el arma de destrucción.
Luis se detiene a pocos metros de su puerta; y Paco, azuzando al vengador:
-¿Será maricón el tío, ¿a qué coño me traes aquí? Haz lo que debes.
Y así lo hizo; no hubo centímetro cuadrado sin cubrir, toda su rabia se concentró en el dedo índice que derramaba un fluído rojo-sangre. Temblaba de rabia. Hasta el tronco de un árbol sobre el que se desmayó se arqueó exhausto.“Fuera mancha maldita”… Esta huella no sale con nada.
-¿Joder, cómo dejas eso tirado, animal? Increpa el Paco.
Sus manos pegajosas aún mantenían el rictus con el que había esgrimido el instrumento. Tomó el spray de la cuneta y lo lanzó al asiento de atrás.
-¡Arranca, cabrón, que no nos pillen!
(c) M B C
En preparación: O timador desenmascarado